La Fundación del Toro de Lidia lanza las ventajas para su Club de Amigos

Con el objetivo de agradecer el apoyo recibido por parte de todos los aficionados que contribuyen en la defensa y promoción de la tauromaquia a través del Club de Amigos, la Fundación del Toro de Lidia (FTL) ha lanzado una sección de ventajas para todos sus socios.

El Club de Amigos es una parte esencial en la estructura de la Fundación. Es la vía por la que todo afín a los toros puede colaborar directamente con la protección de la tauromaquia y es, también, un punto de encuentro para los aficionados que, además se pueden beneficiar de un sinfín de ventajas relacionadas con el mundo del toro.

Marcas como Toroshopping, Capote Beach, Cuadernos de Tauromaquia o Aplausos  y ganaderías como la de Victorino Martín o Carlos Núñez o plazas como la de Alicante o Cuenca, son algunas de las muchas empresas que ya ofrecen ventajas exclusivas para los miembros del Club de Amigos y que se pueden conocer a través de la web de la Fundación.

Todo aquel que esté interesado en ser miembro del Club de Amigos y así colaborar de manera directa en el futuro de la tauromaquia se puede inscribir a través de la página web de la Fundación.

“El reich animalista”, por Andrés Calamaro

«La tauromaquia no es maltrato de animales, ni asesinato, ni tortura. La tauromaquia es compás, es valor y es respeto por el medio ambiente y por el toro. Es ecológica y sostiene una tradición ganadera ejemplar. Es cultura benigna, porque es la costumbre de las letras de Lorca, de la tinta china de Picasso, de los libros de Hemingway»

Es complicado entender por qué tanta gente odia (literalmente) a los aficionados taurinos, toreros, banderilleros y otras profesiones relacionadas con el mundo del toro. Yo no creo que responda a cuestiones humanitarias, porque un buen número de estos individuos se permiten pensamientos sanguinarios: odiar y -como quien no quiere la cosa- andar pregonando que aficionados y toreros merecemos todo tipo de castigo divino, incluso cierta clase de empalamiento horrible.

Supongo que no desean a los cocineros una muerte terrible, hervidos en agua caliente o calcinados sus cuerpos a la parrilla ni al calor de los fogones; y este no es un detalle menor, porque España y el mundo están sembrados de restaurantes donde se guardan refrigerados -para ser espléndidamente comidos- un importante número de restos de animales mamíferos y pescados. Sin embargo la gastronomía, que involucra permanentes escenas de matanza y descuartizamiento, está muy bien vista. El auge de su prestigio incluso deja en evidencia una cierta pereza (u holganza) intelectual interesante.

El Reich animalista se considera además a sí mismo el protagonista permanente de una buena acción solidaria

Habitamos en un mundo que da la espalda a la lectura en beneficio de la televisión. Un mundo que ignora la pintura y la escultura en favor de los deportes televisados o el consumo frívolo; que olvida la ópera y el teatro, pero vive absorto ante una pequeña pantalla portátil (entre otros muchos ejemplos diarios de lo que es la vida moderna). Es un mundo que fácilmente se entrega a una corrección política entre comillas y para haraganes; que puede permitirse el «factor desprecio», el odio inquisitorial, una tormenta de opiniones irresponsables y reaccionarias, de deseos imperdonables. También se permiten mirar a otro lado mientras el mundo se desangra en una desigualdad inestable, que mata de hambre en las guerras o en las paupérrimas barcas del exilio forzado: se permiten demasiado y, al mismo tiempo, demasiado poco.

Creo no equivocarme si considero que este fenómeno no es más que ignorancia desatada, incluso en ámbitos universitarios afines a la intolerante abolición. El Reich animalista se considera además a sí mismo el protagonista permanente de una buena acción solidaria, curiosamente humanista o rabiosamente animal. Sin embargo, desnuda un bestialismo intolerante, una profunda pereza intelectual y un peligroso desapego por la sensibilidad correcta, por la vida satisfactoria y la natural tolerancia que impone la convivencia. Exhibe un desorden de valores altamente temerario, o francamente ridículo.

Es frecuente invocar la excusa de la legalidad moral de la matanza alimentaria apelando a que «sirve para alimentarse». Servidor duda que las langostas (cocidas vivas en agua hervida), el caviar o el faisán -o mismamente los vacunos sacrificados- estén alimentando a un mundo hambriento. Desde hace siglos la mayoría se malalimenta con productos no cárnicos, digamos arroz acompañado por ocasionales pedacitos de pescado, chorizo o una carne barata. Proteínas, las justas. La justificación alimenticia de la masacre de las carnes ofende a la razón. En Argentina la ingesta de carne es un ritual de amistad, celebración familiar y festín para el paladar; no se trata de alimentarse ni paliar el hambre. Otra mala broma de las juventudes animalistas adoctrinadas en Facebook: una familia media malamente puede pagar un asado (barbacoa fetén) por mes, la carne es un lujo. Descartemos esta lobotomía portátil que justifica la escabechina que pone en funcionamiento la industria cárnica y marítima. Los restaurantes de tres estrellas Michelin parecen no importar un pepino a los muy humanitarios enemigos sanguinarios de las corridas de toros. Creo que estos detractores de los toros, tan llenos de razones como de equivocaciones, responden a una pereza intelectual aguda, agresiva y terminal: no leen libros (aunque existe el caso de universitarios ensoberbecidos de lecturas académicas que nunca se equivocan). Mayormente, mis justicieros viven embutidos en sus teléfonos galácticos y difícilmente leen a diario el periódico -o periódicamente el diario- para formarse una conciencia mínimamente aceptable; y no es que me crea a rajatabla todo lo que leo, más bien se trata de entrenamientos de gimnasia mental para poder opinar con algún fundamento, incluso leyendo entre líneas editoriales.

La tauromaquia no es maltrato de animales, ni asesinato, ni tortura. La tauromaquia es compás, es valor y es respeto por el medio ambiente y por el toro. Es ecológica y sostiene una tradición ganadera ejemplar. Es cultura benigna, porque es la costumbre de las letras de Lorca, de la tinta china de Picasso, de los libros de Hemingway, del texto imperdible de José Bergamín, de la historia contada por Belmonte y Chávez Nogales; es la tauromaquia de Dalí y de aquellos que aman al toro en la plaza, embistiendo con peligro en cada galope. Es arte que ofrece la vida. Es música, color y valor.

Mientras la humanidad acorrala el hábitat de los animales silvestres construyendo ciudades, caminos, y fomentando cambios climáticos, la tauromaquia protege la ecología sostenible del campo bravo

Valores, buenas tradiciones. Es pueblo y campo, es ciudad y es algarabía, es encierros y novilladas, es ilusión de niños toreros. Da sentido a la vida de los aficionados y a la vida del toro, el más amado de los animales (con permiso de las mascotas que esperan castradas que les permitan orinar mientras mendigan la atención de los dueños que, a falta de un amor mejor, se retratan con el perro para mostrar la foto en san Valentín). El móvil es el mejor amigo del hombre, el perro es un animal doméstico, que vive castrado sin conocer jamás la vida silvestre. El toro es el animal mitológico que representa la leyenda.

Mientras la humanidad acorrala el hábitat de los animales silvestres construyendo ciudades, caminos, y fomentando cambios climáticos, la tauromaquia protege la ecología sostenible del campo bravo y salva la existencia de la raza y su bravura. Pero la inquisitorial animalista no entiende ni quiere entender que no hay razón alguna que convalide la violación de los derechos humanos. Las juventudes animalistas (no hay edad para celebrar la intolerancia ni la ingesta inapropiada de información demagógica) están en su punto más alarmante de frivolidad y holgazanería. Y el juego político, que ofrece a diario un lamentable espectáculo, menosprecia con demagogia la cuestión para rascar unos votos. No llueve a gusto de todos. Pero no se puede parar la lluvia y prohibirla resulta una necedad imperdonable, que no se justifica con desinformación rampante, con desprecio por la voluntad de las gentes y su derecho a la libertad, ni para engordar el caldo de puchero de la clase política que atropella flagrante el espíritu del pueblo. ¡Para variar!

 

Vía: Reich animalista, por Andrés Calamaro | Opinión | ABC

 

La Fundación del Toro de Lidia lamenta profundamente la muerte de Víctor Barrio

El organismo que defiende y promueve la tauromaquia ya ha iniciado el análisis de los lamentables mensajes recibidos a raíz del fallecimiento de Víctor Barrio y anuncia para mañana 12 de julio una rueda de prensa para explicar las acciones que se están siguiendo.

 

La Fundación del Toro de Lidia quiere expresar su más sentido pésame a la viuda de Don Víctor Barrio, a sus padres, familiares, profesionales del mundo del toro y al resto de aficionados, ante el trágico suceso ocurrido el pasado sábado en la plaza de toros de Teruel.

A raíz de este fatídico hecho, en las últimas horas se vienen sucediendo en redes sociales deplorables manifestaciones que atacan la memoria de Don Víctor Barrio. Por este motivo, la Fundación ya se ha puesto a disposición de la familia del torero para tomar las medidas que estimen oportunas puesto que no se va permitir que estos hechos queden impunes.

Muchos de estos tuits y mensajes que circulan por las redes sociales constituyen verdaderos delitos de injurias, penados hasta un máximo de hasta 14 meses, viéndose agravados por la publicidad que de los mismos se hace con su difusión en redes sociales, así como delitos de calumnias.

En este sentido, la Fundación del Toro de Lidia hace un llamamiento a los aficionados para que todo mensaje, tuit o manifestación que se realice a través de cualquier medio de comunicación o red social, sea puesta de manera inmediata en conocimiento de la propia Fundación, en el correo electrónico: comunicacion@fundaciontorodelidia.org, para que los servicios jurídicos ejerciten las acciones judiciales que en derecho se consideren oportunas.

A este propósito, conviene recordar que estos hechos susceptibles de delito tienen un cauce procesal restrictivo pues sólo pueden iniciarlos directamente los perjudicados o su familia. Así mismo, es trascendental analizar detenidamente cada uno de estos mensajes para distinguir, entre los verdaderos delitos, aquellos otros que sean éticamente reprobables pero que carezcan de reproche penal. Es importante disponer del tiempo preciso para ejercitar las correspondientes acciones e identificar a los posibles autores a fin de obtener un resultado satisfactorio.

Paralelamente, la Fundación del Toro de Lidia solicitará amparo institucional, tanto al Defensor del Pueblo, al Ministerio de Cultura, Justicia e Interior con el objeto de garantizar el cumplimiento de la legalidad y el respeto por el mundo del toro, sus profesionales y aficionados.

La Fundación del Toro de Lidia convocará una rueda de prensa para mañana 12 de julio y así explicar en profundidad las acciones y pasos a seguir por los hechos ocurridos.

La Fundación del Toro de Lidia se dará a conocer en Pamplona

La feria del Toro de Pamplona es el siguiente objetivo de la Fundación del Toro de Lidia. Esta entidad desplazará, mañana 7 de julio, a dos voluntarios a la zona de las inmediaciones de la plaza de toros y del Club Taurino para dar a conocer el trabajo y la labor que se vienen desarrollando.

Continuando con el trabajo de defensa y promoción de la tauromaquia, la Fundación mantiene como objetivo seguir creciendo en número de amigos, y por tanto, en Pamplona estarán dos voluntarios de 14:00 a 16:00 horas en la calle Roncesvalles y en el Club Taurino y de 16:00 horas hasta el inicio de la corrida por los aledaños de la plaza de toros en el acceso de sombra.

 Los voluntarios vestirán camiseta blanca, pantalón negro y portarán un distintivo acreditativo de la Fundación. Animamos a todos los aficionados asistentes a la plaza que se acerquen a hacerse amigo de la Fundación.