Artículo escrito por Tomás-Ramón Fernández, miembro de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación y parte de la Comisión Jurídica de la Fundación Toro de Lidia, para el diario El Mundo:
“El juego ahora consiste, ya lo dije antes, en “matar” las corridas de toros por la espalda, aprovechando las manifestaciones que con innegable buena voluntad y no menos ingenuidad hizo la Sentencia constitucional del 20 de Octubre último cuando, tras exponer su conclusión, precisó que “ello no significa que la Comunidad Autónoma no pueda, en ejercicio de sus competencias sobre ordenación de espectáculos públicos, regular el desarrollo de las representaciones taurinas… ni tampoco que, en ejercicio de su competencia en materia de protección de animales, pueda establecer requisitos para el especial cuidado y atención del toro bravo.”
Regular el desarrollo de las representaciones taurinas no incluye, sin embargo, como es obvio, mutilar éstas y reducirlas a una pantomima, que es en lo que quedarían si se suprimieran la suerte de varas, el tercio de banderillas y, por supuesto, la muerte suprema.”