Artículo escrito por Chapu Apaolaza, periodista y portavoz de la Fundación Toro de Lidia, para el diario El Mundo.
«La ética siempre es elección -aliviarse o morir-, pues la ética por ley es vulgar sumisión a la norma. El torero no tiene por qué hacerlo y por eso lo hace, justamente. Román -borrado todo el rastro de catastrofismo y raptado de sí- toma partido ocho veces por la gloria de los hombres y embarca las embestidas del Baltasar Ibán como barcos a otro mundo. Limónov escucha, percibe y en el fondo sabe ya que todo gesto de Román supone una decisión consciente».