Carta a la ministra de Trabajo

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Estimada ministra,

Lamentamos el incidente que hace unos días tuvo con unos profesionales del mundo del toro, personas que, desesperadas por su situación económica, entendieron que no había otra salida que la del desahogo de la protesta y el insulto.

No podemos aprobar esta forma de actuar, si bien apoyamos sin fisuras sus demandas. Y comprendemos la angustiosa desesperación de unos padres de familia que con impotencia ven cómo se les discrimina desde su Ministerio, cómo se les niega unas prestaciones a las que tienen derecho, cómo se les está empujando a las colas de los comedores sociales, todo ello por una motivación ideológica.

El mundo del toro, en nombre del cual me dirijo a usted, se caracteriza por su respeto, educación y tolerancia, está en nuestro ADN, algo que sabe cualquiera que vaya a una plaza de toros. Por tanto, no podemos estar de acuerdo con actuaciones como la que tuvo que sufrir el otro día en Toledo, porque van contra los principios básicos de la democrática convivencia. Es un error reclamar los derechos, por legítimos que sean, mediante la intimidación y el insulto, corremos el riesgo de introducirnos en peligrosas dinámicas cuyos imprevisibles resultados serán, seguro, perjudiciales para todos.

Tengo que recordarle no obstante, y para eso están las hemerotecas, que usted y el grupo político al que representa han apoyado y promovido en el pasado este tipo de actuaciones de protesta. Y ha sido precisamente la tauromaquia uno de sus objetivos, habiendo tenido que soportar escraches tarde tras tarde a la entrada de las plazas de toros y en multitud de actos públicos, sin que nadie de los que ahora se rasgan las vestiduras expresara la más mínima reprobación de esas actitudes.

Los banderilleros y picadores no son ni millonarios ni gente que reclama subvenciones como se ha tratado de vender desde medios afines a su grupo político. Son honrados trabajadores que reclaman unas prestaciones extraordinarias aprobadas por el Ministerio de Cultura y a las que tienen derecho, unas prestaciones que necesitan como trabajadores que no pueden ejercer su profesión, que necesitan simplemente para sobrevivir, y que su Ministerio está denegando sin otro motivo que el ideológico. Una injusticia a la que se suma el escarnio de no querer ni si quiera recibir a este colectivo, que lleva meses solicitándolo.

Vuelvo a pedirle de manera formal, una vez más, una reunión para poder aclarar esta situación, para poder poner los argumentos encima de la mesa y trabajar para realmente no dejar atrás a ningún trabajador, por encima de ideologías y gustos.

No utilice un error provocado por la desesperación como vía para dejar atrás a centenares de familias, personas que cumplen sus obligaciones como ciudadanos. No es tiempo de jugar con unos ciudadanos que tienen una profesión que a usted no le gusta, no puede primar la ideología sobre la justicia y el orden jurídico, es momento de responder por ellos, también son su responsabilidad.

Victorino Martín

Presidente de la Fundación del Toro de Lidia