Cayetana y Boadella defienden la tauromaquia como expresión cultural de una sociedad adulta

El Instituto Juan Belmonte (IJB) celebró ayer en el espacio LBK99 (Madrid) la tercera de sus ‘Conversaciones en la catacumba’, un ciclo de conferencias bimensuales que pretenden poner en el centro del debate público “asuntos incómodos asentados en prejuicios y arrasados por la espiral del silencio”.

Titulada ‘los toros desde la derecha’, la tertulia fue presentada por el director del IJB Chapu Apaolaza, y contó con las intervenciones de Cayetana Álvarez de Toledo, diputada por Barcelona del Grupo Popular en el Congreso de los Diputados, y Albert Boadella, actor y dramaturgo.

El acto, que pretendió ser la réplica a la anterior conferencia sobre ‘los toros desde la izquierda’, reflexionó sobre el papel de la tauromaquia en una sociedad que da la espalda a la muerte, sobre el papel de dicha expresión cultural en la construcción del concepto de nación y sobre su vinculación histórica y actual con postulados conservadores y liberales.

Cayetana Álvarez de Toledo inició su intervención denunciando el buenismo de una sociedad que vive a espaldas de la muerte y de los retos y dificultades de la vida: “Los toros forman parte de un espacio plural pero la politización que se ha producido tiene más que ver con el odio a lo español y con una visión reaccionaria de la izquierda que busca prohibir todo aquello que no encaja con su visión pueril y casi disney del mundo”. En este sentido, recordó que “el derecho a ofender y a ser ofendido forma parte de una sociedad plural y tolerante”.

Relacionando esos conceptos con la tauromaquia, Albert Boadella afirmó que “es un milagro que los toros aún estén vigentes. Ahora el arte se acepta como una forma de consumo. En esta sociedad hay una sensación de inocencia frente al arte”.

En segundo lugar, los ponentes disertaron sobre la instrumentalización política de la fiesta de los toros en Cataluña por parte de los secesionistas y el refugio que supuso esa expresión cultural para todos aquellos que no compartían sus tesis.

En este sentido, Cayetana afirmó que “la tauromaquia va más allá de lo puramente identitario” y confesó que “como diputada por Barcelona, me gustaría que los toros volvieran a Cataluña y que se lograra implantar la elección de lengua en las aulas catalanas. Sería un signo de recuperación de aquella sociedad libre y democrática que reconoce su pluralidad”.

El acto, concluyó con la lectura por parte de Albert Boadella de “los 10 mandamientos en defensa de la tauromaquia” y con un alegato a expresar la opinión de cada uno con el fin de combatir la espiral del silencio: “quiero animar a todo el mundo a este juego tan divertido que es la libertad. Hay que decir lo que uno piensa, sino siempre gana el otro”.

 

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