“El reich animalista”, por Andrés Calamaro

«La tauromaquia no es maltrato de animales, ni asesinato, ni tortura. La tauromaquia es compás, es valor y es respeto por el medio ambiente y por el toro. Es ecológica y sostiene una tradición ganadera ejemplar. Es cultura benigna, porque es la costumbre de las letras de Lorca, de la tinta china de Picasso, de los libros de Hemingway»

Es complicado entender por qué tanta gente odia (literalmente) a los aficionados taurinos, toreros, banderilleros y otras profesiones relacionadas con el mundo del toro. Yo no creo que responda a cuestiones humanitarias, porque un buen número de estos individuos se permiten pensamientos sanguinarios: odiar y -como quien no quiere la cosa- andar pregonando que aficionados y toreros merecemos todo tipo de castigo divino, incluso cierta clase de empalamiento horrible.

Supongo que no desean a los cocineros una muerte terrible, hervidos en agua caliente o calcinados sus cuerpos a la parrilla ni al calor de los fogones; y este no es un detalle menor, porque España y el mundo están sembrados de restaurantes donde se guardan refrigerados -para ser espléndidamente comidos- un importante número de restos de animales mamíferos y pescados. Sin embargo la gastronomía, que involucra permanentes escenas de matanza y descuartizamiento, está muy bien vista. El auge de su prestigio incluso deja en evidencia una cierta pereza (u holganza) intelectual interesante.

El Reich animalista se considera además a sí mismo el protagonista permanente de una buena acción solidaria

Habitamos en un mundo que da la espalda a la lectura en beneficio de la televisión. Un mundo que ignora la pintura y la escultura en favor de los deportes televisados o el consumo frívolo; que olvida la ópera y el teatro, pero vive absorto ante una pequeña pantalla portátil (entre otros muchos ejemplos diarios de lo que es la vida moderna). Es un mundo que fácilmente se entrega a una corrección política entre comillas y para haraganes; que puede permitirse el «factor desprecio», el odio inquisitorial, una tormenta de opiniones irresponsables y reaccionarias, de deseos imperdonables. También se permiten mirar a otro lado mientras el mundo se desangra en una desigualdad inestable, que mata de hambre en las guerras o en las paupérrimas barcas del exilio forzado: se permiten demasiado y, al mismo tiempo, demasiado poco.

Creo no equivocarme si considero que este fenómeno no es más que ignorancia desatada, incluso en ámbitos universitarios afines a la intolerante abolición. El Reich animalista se considera además a sí mismo el protagonista permanente de una buena acción solidaria, curiosamente humanista o rabiosamente animal. Sin embargo, desnuda un bestialismo intolerante, una profunda pereza intelectual y un peligroso desapego por la sensibilidad correcta, por la vida satisfactoria y la natural tolerancia que impone la convivencia. Exhibe un desorden de valores altamente temerario, o francamente ridículo.

Es frecuente invocar la excusa de la legalidad moral de la matanza alimentaria apelando a que «sirve para alimentarse». Servidor duda que las langostas (cocidas vivas en agua hervida), el caviar o el faisán -o mismamente los vacunos sacrificados- estén alimentando a un mundo hambriento. Desde hace siglos la mayoría se malalimenta con productos no cárnicos, digamos arroz acompañado por ocasionales pedacitos de pescado, chorizo o una carne barata. Proteínas, las justas. La justificación alimenticia de la masacre de las carnes ofende a la razón. En Argentina la ingesta de carne es un ritual de amistad, celebración familiar y festín para el paladar; no se trata de alimentarse ni paliar el hambre. Otra mala broma de las juventudes animalistas adoctrinadas en Facebook: una familia media malamente puede pagar un asado (barbacoa fetén) por mes, la carne es un lujo. Descartemos esta lobotomía portátil que justifica la escabechina que pone en funcionamiento la industria cárnica y marítima. Los restaurantes de tres estrellas Michelin parecen no importar un pepino a los muy humanitarios enemigos sanguinarios de las corridas de toros. Creo que estos detractores de los toros, tan llenos de razones como de equivocaciones, responden a una pereza intelectual aguda, agresiva y terminal: no leen libros (aunque existe el caso de universitarios ensoberbecidos de lecturas académicas que nunca se equivocan). Mayormente, mis justicieros viven embutidos en sus teléfonos galácticos y difícilmente leen a diario el periódico -o periódicamente el diario- para formarse una conciencia mínimamente aceptable; y no es que me crea a rajatabla todo lo que leo, más bien se trata de entrenamientos de gimnasia mental para poder opinar con algún fundamento, incluso leyendo entre líneas editoriales.

La tauromaquia no es maltrato de animales, ni asesinato, ni tortura. La tauromaquia es compás, es valor y es respeto por el medio ambiente y por el toro. Es ecológica y sostiene una tradición ganadera ejemplar. Es cultura benigna, porque es la costumbre de las letras de Lorca, de la tinta china de Picasso, de los libros de Hemingway, del texto imperdible de José Bergamín, de la historia contada por Belmonte y Chávez Nogales; es la tauromaquia de Dalí y de aquellos que aman al toro en la plaza, embistiendo con peligro en cada galope. Es arte que ofrece la vida. Es música, color y valor.

Mientras la humanidad acorrala el hábitat de los animales silvestres construyendo ciudades, caminos, y fomentando cambios climáticos, la tauromaquia protege la ecología sostenible del campo bravo

Valores, buenas tradiciones. Es pueblo y campo, es ciudad y es algarabía, es encierros y novilladas, es ilusión de niños toreros. Da sentido a la vida de los aficionados y a la vida del toro, el más amado de los animales (con permiso de las mascotas que esperan castradas que les permitan orinar mientras mendigan la atención de los dueños que, a falta de un amor mejor, se retratan con el perro para mostrar la foto en san Valentín). El móvil es el mejor amigo del hombre, el perro es un animal doméstico, que vive castrado sin conocer jamás la vida silvestre. El toro es el animal mitológico que representa la leyenda.

Mientras la humanidad acorrala el hábitat de los animales silvestres construyendo ciudades, caminos, y fomentando cambios climáticos, la tauromaquia protege la ecología sostenible del campo bravo y salva la existencia de la raza y su bravura. Pero la inquisitorial animalista no entiende ni quiere entender que no hay razón alguna que convalide la violación de los derechos humanos. Las juventudes animalistas (no hay edad para celebrar la intolerancia ni la ingesta inapropiada de información demagógica) están en su punto más alarmante de frivolidad y holgazanería. Y el juego político, que ofrece a diario un lamentable espectáculo, menosprecia con demagogia la cuestión para rascar unos votos. No llueve a gusto de todos. Pero no se puede parar la lluvia y prohibirla resulta una necedad imperdonable, que no se justifica con desinformación rampante, con desprecio por la voluntad de las gentes y su derecho a la libertad, ni para engordar el caldo de puchero de la clase política que atropella flagrante el espíritu del pueblo. ¡Para variar!

 

Vía: Reich animalista, por Andrés Calamaro | Opinión | ABC

 

La Fundación del Toro de Lidia interpone una denuncia por amenazas y contra el honor de la viuda de Víctor Barrio

Los servicios jurídicos de la Fundación del Toro de Lidia y de la familia de Víctor Barrio, Cremades y Calvo-Sotelo abogados, presentaron ayer, jueves 11 de agosto, una denuncia por amenazas y contra el honor de Doña Raquel Sanz Lobo, esposa del torero fallecido el pasado mes en la plaza de toros de Teruel, por los comentarios publicados en distintas redes sociales.

Con el objetivo de perseguir judicialmente todos los delitos cometidos hacia el torero, su familia, su profesión y la tauromaquia en su conjunto, la Fundación del Toro de Lidia, ha interpuesto tres denuncias por amenazas y contra el honor, una demanda de conciliación previa a una querella por injurias y otra querella por enaltecimiento del terrorismo que se está ultimando.

Desde la Fundación y sus servicios jurídicos, se siguen analizando los miles de mensajes recibidos y preparando y ultimando acciones judiciales con la misión de que ningún ataque a la tauromaquia quede impune.

“Gonzalo Caballero, un matador en Casa de Fieras” por Karina Sainz para Vozpópuli

“Que la vida iba en serio uno lo empieza a comprender más tarde -como todos los jóvenes, yo vine a llevarme la vida por delante”

Jaime Gil de Biedma

Gonzalo Caballero (Madrid, 1991) cruza la avenida Menéndez Pelayo a paso veloz. No va de luces, al menos no esta tarde. Viste una americana azul que de solo verla dan ganas de desmayarse. El termómetro marca 40 grados. Pero él parece inmune a este y a cualquier otro infierno; será porque ha atravesado unos cuantos. La biblioteca Eugenio Trías del parque El Retiro, antigua Casa de Fieras, como se llamó al zoológico que mandó a construir Carlos III a finales del siglo XVIII, es el lugar perfecto para esta conversación. Aquí se juntan dos reinos: el de los libros que pueblan sus estanterías y el de los animales que alguna vez habitaron sus jaulas, hoy vacías. Hay furia en ambos. Y si de algo sabe este chico es de bestias. La primera de ellas, probablemente, la que lleva dentro. Acaso por eso lleva siempre las mandíbulas apretadas, como si sujetara una presa entre los dientes.

La antigua Casa de Fieras es el sitio acordado para esta conversación. Aquí se juntan dos reinos: el de los libros y los animales que habitaron sus jaulas. Si algo conoce Caballero es la furia de ambos mundos

En el momento en que esta entrevista sucede, ha transcurrido apenas un mes y diez días desde la séptima corrida de San Isidro. De aquel 12 de mayo, Gonzalo Caballeroconserva en el muslo izquierdo una cicatriz de 25 centímetros, el botín de su segunda aparición en Las Ventas como matador. Una tarde en la que quedó claro que, a veces, venir a darlo todo no siempre es un latiguillo, sino el mismísimo látigo del que hablaTruman Capote en Música para Camaleones: aquello de que cuando Dios da un don, también da un látigo, para que el poseedor de una gracia excepcional no olvide jamás que el goce de un talento exige la capacidad de atizarse. Y así lo hizo Gonzalo Caballero.

En la faena de muleta, Caballero se plantó por el lado izquierdo. El astado delVentorrillo tiró un derrote seco, prendió al torero por la cara interna del muslo. Lo lanzó por los aires, ensartándolo como si fuera un bizcocho y enterró el pitón hasta llegar al fémur. La cuadrilla intentó llevar a Caballero a la enfermería, pero el muchacho no se dejó. Como una bestia, dio coces en el aire y se resistió entre protestas y empellones. Tenía que matar. Y así fue. Con un pequeña corbata apretándole el muslo cual improvisado torniquete, el diestro cogió la espada, se colocó en el sitio y empujó con la poca fuerza que le quedaba. Aéreo, un negro listón de 490 kilos, cayó en la arena. Sólo entonces, Caballero se fue a la enfermería por su propio pie.

Hay cierta ironía al ver a Gonzalo Caballero caminar esta tarde por La Leonera, antigua estancia de jaulas dedicada en la actualidad a la lectura. Acaso porque el novísimo matador se conduce despojado del aire dramático y solemne de sus paseíllos o porque la distancia que existe entre la persona que cruza el albero y el que elige ahora un libro abre ese difícil acordeón para que sea más sencillo encasillarlo que entenderlo. Caballero, que lo mismo entró a matar sin muleta siendo novillero en el San Isidro de 2015 o aceptó su alternativa de un día para otro en la Feria de Otoño pasada, habla hoy con una mezcla de humildad y discreción; pero también de gravedad y afectación. De cuando en cuando, peina con la mano un flequillo que nunca ha dejado de estar en su sitio. Caballero lleva un peinado coqueto, perfecto, que él acomoda con insistencia. En el gesto hay vanidad. Hay eso que tienen los personajes extraños. Y él lo es. En él habita la contradicción. En su rareza hay una historia.

Aficionado a Calderón de la Barca y a la escritura, Caballero habla sin la solemnidad de sus paseíllos, a veces con humildad y en otras con afectación. En él, que lo mismo entró a matar sin muleta como remató al límite una faena, habita la contradicción. En Gonzalo Caballero hay una historia

Aficionado a Calderón de la Barca, a la lírica en general –sí, hay lirismo, adolescencia y cierto pintoresquismo en la personalidad de Caballero, todo sea dicho–, el matador asegura que busca en la escritura tanta libertad como en el toreo a solas en el campo. Ahí –donde nadie lo observa- dice él encontrar un ritmo, una cadencia, unatransformación. El lento obrar de quien piensa una frase y la ejecuta en ese movimiento de la mano que se desliza sobre el papel. La mente que consigue su forma en una extensión del cuerpo, ya sea con un lápiz o un trapo -la muleta-, Gonzalo Caballero hace lo que todos aquellos que crean, los que -a fin de cuentas- arrancan algo de un lugar abstracto, los que confeccionan un engaño, desde una caligrafía hasta una verónica, aunque en su caso el asunto siempre manchará, romperá y rasgará. Esamucha verdad que acaba en el quirófano. O en el cementerio.

Escuchar la palabra transformación en boca de quien sostiene un libro de Kafka y lleva una cicactriz de 25 centímetros todavía sin cerrar invita a rebañar la tarde con gasolina. Sin embargo, quien oye a Gonzalo Caballero también se lleva la mano al cinto; apela a la duda; se pregunta una y otra vez cuánto de personaje, cuánto de artificio hay en él. Muchos se refieren al joven matador madrileño como ‘el místico’y  aunque hoy Gonzalo Caballero no viste de luces, aunque no haya en su ropa una sola lentejuela cosida con hilo de oro, algo en él refulge, algo extraño, algo que recuerda alGil de Biedma de No volveré a ser joven: “Que la vida iba en serio uno lo empieza a comprender más tarde -como todos los jóvenes, yo vine a llevarme la vida por delante (…) Dejar huella quería/ y marcharme entre aplausos/ -envejecer, morir, eran tan sólo/ las dimensiones del teatro”.

Si esto ha de ser una entrevista y si las entrevistas tienen, acaso, un tema o un hilo que las lleva o las trae como a Teseo en el laberinto, será justamente el poema de Gil de Biedma la hebra que lleve y traiga el curso de todo cuanto sea dicho esta tarde. Sí: ese será el estambre; ese y no otro. “Que la vida iba en serio uno lo empieza a comprender más tarde -como todos los jóvenes, yo vine a llevarme la vida por delante (…)”. Dicho esto: sea usted, lector, bienvenido a Casa de Fieras.

-Quienes lo vimos hacer el paseíllo este San Isidro notamos, desde el capote,  que iba dispuesto a todo… pero no hasta tal punto. ¿Qué pasó?

-Curro Robles, banderillero de mi cuadrilla y amigo muy cercano, alguien fundamental en mi vida, sabía lo importante que era ese día para mí. Cuando vi cómo salieron los dos primeros toros aquel día, le dije: ‘Curro, hoy toca ir para adentro’. Quizá suene fácil que lo diga ahora, porque ya ha pasado todo. Pero la realidad era ésa. Por el lado izquierdo, el toro me iba a coger. Así que la única manera era ponerme de verdad. Está claro que en cualquier otra plaza no lo hubiese hecho, pero esto era Madrid, que me lo ha dado todo. Madrid es el templo. Cuando me empecé a cruzar, di dos pasos hacia delante. Pensé: si me va a coger, que sea de una manera en la que me sienta orgulloso.

-¿Qué le dijo a su banderillero, Curro Robles, mientras daba patadas en el aire para que lo dejara terminar la suerte de espadas?

-Cuando Curro llegó a ayudarme dijo que veía la sangre muy oscura. ‘Por mis hijas, Gonzalo, (yo amo a sus niñas), salte de aquí’. Y yo le repetía: ‘que me dejes, que me dejes’.

-¿Aquello era adrenalina? ¿Euforia? ¿Nervios? Pero, intente ser sincero, ¿qué era aquello?

-Cuando me puse en pie -Caballero no duda en sus recuerdos, como si los llevara aprendidos-, cerré los ojos y empecé a pensar cuánto me había costado llegar a Las Ventas de matador, otra vez. No estaba dispuesto a irme así, a no terminar. Sencillamente no estaba dispuesto. Así que pensé: o salgo a hombros, o salgo….

Descubrir, escarmentar

Gonzalo Caballero vive entre Sevilla y Madrid. Aunque también podría decirse quelevanta su hogar en cada habitación de hotel donde se pone el traje de luces. La última vez lo hizo en el Hotel Victoria, en el madrileño Barrio de Las Letras. Eligió el lugar acaso por el bullicio de las calles, porque le pueden los endecasílabos, porque se le sale lo colchonero –la fuente de Neptuno está apenas tres calles más abajo- o porque las prisas de otros le recuerdan que debe ir más despacio. “Necesito acercarme a las ciudades para recordar lo importante que es para mí la lentitud del toreo”, dice rodeado de sillas vacías.

Caballero nació en Madrid, un 21 de diciembre de 1991, justo el año en que Luis Aragonés regresó como entrenador al Atlético de Madrid de sus amores. Es el segundo de tres hermanos. Para este chico, lo del ‘Atleti’ es un afecto. Y vaya que quieren al diestro en la ribera del Manzanares; y no es para menos. Todavía con los puntos de la cornada de este San Isidro, Gonzalo Caballero se fue a Milán a dar ánimos a los de Simeone, y eso que los rojiblancos volvieron con las manos vacías tras caer ante el Real Madrid por segunda vez. Pero eso no es todo. En el repertorio de los afectos apaches hay más.

“Si decidí ser torero, fue una tarde en la que vi torear a José Tomás en Linares. Viví una sensación que jamás había experimentado. Mientras todos nos moríamos de miedo, él parecía estar más allá de todo. A mí me parecía ver a un Dios”

Tras la derrota en la final de Champions de 2014, y para subirle la moral a los atléticos, en el paseíllo de la tercera novillada de San Isidro, Gonzalo Caballero vistió el capote de paseo del Centenario del Club. “Ese capote fue un regalo que le hicieron a Jesús Gil. Cuando el equipo perdió la final de Lisboa, decidí usarlo para dejar claro que el sentimiento no se achica con la derrota”, dice Caballero, quien, antes de coger los trastos, jugó tres años como delantero. Lo hizo como Raúl González, pero a la inversa. Eso sí, siempre con la camiseta del Atlético debajo de la equipación merengue, al menos así lo explica entre risas.

A sus 16 años, Gonzalo Caballero tenía claras dos cuestiones básicas. Conocía las subidas y bajadas con las que la vida jalona los primeros afectos –había visto al Atlético de Madrid descender y ascender- y había recibido el fogonazo de las cosas primitivas, las que ocurren en multitud: las de quienes se descubren únicos entre la muchedumbre. Sin embargo, al tirar del estambre que adentra en el laberinto a quienes buscan su propio centro, lo que comenzó con los fuegos artificiales del asombro terminó, tiempo después, en el escarmiento de la experiencia. Mejor dicho: en la elección de cuánto habrá de durar ese escarmiento para obtener una recompensa; esa forma rara que tiene la vida de ofrecer las vocaciones.

-¿Qué hace que alguien quiera ser torero hoy? ¿Por qué? ¿Y para qué?

-Nadie en mi familia se había dedicado a esto. Mis padres eran aficionados. Seguíamos las retransmisiones en casa. Iba con ellos a la plaza de las Ventas en San Isidro. Pero, si de algo estoy seguro, es de que decidí ser torero, una tarde en la que vi torear a José Tomás en Linares. Viví una sensación que jamás había experimentado. Mientras todos nos moríamos de miedo, él parecía estar más allá de todo. A mí me parecía ver un Dios. Quise ser alguna ser capaz de transmitirlo alguna vez como él lo hizo conmigo. No lo olvidaré nunca. Fue un 27 de agosto.

-¿Qué edad tenía?

-16 años.

-En su profesión hay una contradicción. El torero se crea un personaje, a la vez que se sujeta en la idea de verdad ¿Cuál es el punto medio entre ambos?

-Ese es uno de los problemas. El toreo actual está un poco mecanizado. Ya no queda ese personaje del matador que quiere ser dueño de su camino. La forma en que yo tomé la alternativa, por ejemplo, fue de un día para otro. José Antonio Chopera, el antiguo empresario de Las Ventas, dijo que echaba de menos que alguien aceptara que el día más importante de su carrera ocurriera así.

-Su alternativa surgió porque tuvo que sustituir a Alberto López Simón, que recibió una cornada inesperada en la segunda de Otoño de 2015.

-Sí. Faltaban tres horas y media para el día exacto de mi alternativa, que fue el sábado. Eran las 8.30 de la tarde del viernes cuando me ofrecieron tomar la alternativa en Madrid.

-¿Tanto deseaba Las Ventas? ¿Tanto?

-Yo había rechazado todo esperando a que llegara esa oportunidad. Y a eso me refiero. Eso es lo que yo busco: la verdad. El toreo no es pegar pases. Es lo que está dentro de la plaza y fuera de ella.

-Pero eso entra en el repertorio del personaje. ¿Cuál es la conexión entre esa construcción y la vida real?

-Me gusta hacer las cosas no como las impone alguien más sino como yo las siento. Yo escribo prosa y poesía. No publico nada de eso, ni siento necesidad de hacerlo. Porque eso condicionaría mi necesidad inicial. Escribo con libertad y eso es lo que busco con mi toreo. Llegar a la plaza y entregarme al toro.

“El toreo no deja de ser un engaño. Es engañar al toro. Significa torear al público y al animal. Por eso decimos ‘ponte de verdad’. De eso trata el toreo puro. Por eso es la búsqueda de la autenticidad”

-La gente normal vive también de los demás. Usted también vive de un público. Y lo sabe.

– Por supuesto que vivo del público, pero ansío esa misma libertad con la que escribo en mi toreo.

– En una entrevista reciente, Zabala de la Serna le preguntó a Alejandro Talavante si existe un torero de nuestro tiempo. ¿Viven los toreros de espaldas a la sociedad? ¿Cree el torero vive en un mundo extinto?

-El torero puede que viva de espaldas a la sociedad. Por ejemplo, yo necesito soledad antes de ir a la plaza. Piensa una cosa: el toreo no deja de ser un engaño. Es engañar al toro. Significa, a su manera, torear al público y al animal. Por eso decimos ‘ponte de verdad’. De eso trata el toreo puro. Por eso es la búsqueda de la autenticidad. Cuando busco estar solo, es porque necesito probarme.

-¿Ve a lo que me refiero? Hay algo de ese misticismo que resulta … ¿cómo decirlo…? ¡Remoto! Casi extinto.

-Mi preparación fundamental para una tarde es estar solo, apartarme, irme a un árbol y  hacerme la pregunta: ¿vas a ser capaz de entregar tu vida para encontrar ese toreo puro? A veces, hay días en los que me respondo: ¡Pues no, cómo voy a ser capaz de entregar mi vida!

-¿Ser de verdad para ustedes significa no salir vivo de la plaza?

-Lo que quiero decir es que puedes engañar al público, puedes engañar al toro, pero no a ti mismo. Puedes salir a hombros pero llegar al hotel y sentirte infeliz, insatisfecho. El toreo es algo muy personal y tú eres consciente de cuándo te has entregado a un toro. Eso solo lo consigues cuando eres capaz de abandonarte. De olvidar el tiempo y el espacio donde estás. Es la entrega que ocurre con el animal.

-Los toreros tienen entre 20 y 25 minutos para sacarle a un toro quién es. ¿Es usted consciente de cómo se transforma en ese tiempo?

-Cuando llega ese momento de quedarte a solas con el toro, tienes que estar mucho más preparado para el fracaso que para el triunfo.

-¿Qué abunda en su carrera? ¿El fracaso o el triunfo?

-No es tan sencillo de responder. Puedo decir … -Caballero hace una de las pocas pausas de toda la tarde-… Puedo decir que hay dos momentos clave. Cuando me pegaron la cornada de Roquefort, que tuve que cortar la temporada, en 2013. En ese momento estuve parado mucho tiempo. Fue ahí cuando comencé a entender las cosas realmente importantes del toreo. Yo había debutado en Sevilla. A partir de ahí fui a Madrid, Pamplona, Valencia… Tuve la mala suerte de cortar muchas orejas, como si aquello de cortar orejas fuera muy fácil.

-¿A qué se refiere?

-Yo no estaba mentalmente preparado, ni estaba maduro. Porque aquí lo fundamental, lo que te se enseña, es el tiempo. Comencé a vivir con la obligación de cortar orejas. El segundo episodio que fue importante para mí, ocurrió después de cortar la oreja en San Isidro de novillero, cuando maté un novillo sin muleta.

-Fue una locura… ¿Por qué lo hizo?

-En aquellos días, estuve a punto de tomar la alternativa. Y no ocurrió. Quería la alternativa. Si había una forma de expresar lo que sentía, era así. También es cierto que aquella oreja en San Isidro me abrió muchas puertas. Me ofrecieron varias alternativas. Pero no quise. Quería Madrid. Era mi deseo. Mi apoderado me dejó, decía que yo no quería ser torero. Y no se trataba de eso. Yo quería Las Ventas. Me quedé desde mayo hasta septiembre parado totalmente. Estaba perdido. Quería expresarse y no podía. Imagina un pintor que quiere pintar y no puede. Pues bien: yo quería torear y no podía torear. Me fui a México, a tentar primero y luego a la Monumental. En el tentadero, me tomé dos tequilas antes de comenzar. Y quizá fue eso, no lo sé. Pero, después de tentar cuatro vacas, me sentí totalmente satisfecho. En la Monumental, me sentí muy cómodo. Volví a España, toree tres novilladas. Estaba con una ilusión fuera de lo normal. Llegó la alternativa, di muy buena impresión. Y retomé un camino.

– ¿No siente usted ganas, algunas tardes, aun vestido de luces, de tirar la muleta y echar a correr?

-Hay tardes en las que uno se viste de torero y sale a dar el paseíllo sin sentirse preparado. De esos días en los que llegas a la plaza y podrías seguir de largo, que te abran otra puerta y, directamente, salir de la plaza –Gonzalo Caballero se ríe, como quitándole hierro al asunto, pero inmediatamente aprieta las mandíbulas-. Tuve algunas tardes en las que ni quería tentar. Fueron los peores días. Llegué incluso a avergonzarme de ellos. Hoy ya no. Hoy, junto con escribir, tentar es lo que más me gusta. Torear sin gente. Torear a solas. Es como escribir. Cuando lo hago soy libre. Me da ritmo.

“Hay tardes en las que uno se viste de torero y sale a dar el paseíllo sin sentirse preparado. De esos días en los que llegas a la plaza y podrías seguir de largo, que te abran otra puerta y, directamente, salir de la plaza”

-Llevamos casi una hora de entrevista y todavía no me queda claro el abismo que existe entre el personaje que sale al paseíllo y la persona que tengo frente a mí. ¿Dónde comienza su personaje y dónde el muchacho de 24 años?

-El Gonzalo fuera del ruedo es así gracias al que está en la plaza y el que existe fuera de la plaza existe gracias al que está en el ruedo. Quienes me conocen saben cómo soy. Saben que cuando me llaman para torear no acepto ir de cualquier modo y eso ha sido, en buena medida, por situaciones difíciles, como las que viven todas las personas. He llegado, en determinadas situaciones, a pegarme con el capote y la muleta. Cuando eres capaz de asumir que estás en el barro, te replanteas. Porque, te repito, la condena más grande es no poder expresarte. Por eso creo que escribir me ha ayudado tanto a lo largo de todo este tiempo.

Dialogar, ¿dialogar?, dialog…

Cuando esta conversación tuvo lugar faltaba todavía un mes para la muerte del torero Víctor Barrio en la plaza de Teruel. La noticia, que estalló la tarde del sábado 11 de julio, ocurrió con doble y desesperante impotencia: la que ensombrece a quienes entienden que la pérdida ocurre en una profesión en la que la muerte forma de quienes deciden dedicarse a ella conscientes de ese riesgo, pero también, en el doble agravio que supone que el fallecimiento sea despojado de toda compasión por quienes la usan para reafirmar un argumento. Nada de esto forma parte de las preguntas y respuestas que van y vienen al final de una tarde de verano. A pesar de eso, a pesar ignorar lo que habría de ocurrir casi treinta días después, la muerte es un tema que atraviesa, que conduce toda conversación, porque es la desembocadura del delta de la tauromaquia. La muerte es el mar al que van los toreros, los hombres y mujeres en general, pero los toreros con viento a favor.

En una sociedad que ignora la muerte; que no quiere saber de dónde viene lo que come; que no consigue llegar a un acuerdo sobre un debate que solapa ideología y tradición, compasión y militancia, imposición y libertad, la pregunta sigue siendo la misma: ¿es posible sentarse a hablar? En ese terreno poroso, tan arenoso como inflamable, incluso un mes antes, las heridas supuran. Lo hacen todavía más tras recibir paladas de palabras que hicieron lo que la sal y los chorretones de vinagre. Aun así, incluso un mes antes de ocurrir todo lo terrible, el tema de los puentes, del diálogo con quienes se oponen a la tauromauia es una pregunta tan básica como necesaria.

-¿Qué piensa sobre los antitaurinos? ¿Es posible acercar posiciones?

-Hay hipocresía. La gente va a McDonald’s y prefiere ignorar que esa ternera que se come entre dos trozos de pan creció en un corral de menos de un metro, cuando el toro de lidia vivecon un campo entero para él. Es además el único animal que puede morir matando, que puede pelear por su vida. Ningún otro puede. El toro de lidia puede demostrar su bravura.

-Pero entiéndame, hablo de dialogar.

-No se puede dialogar con alguien que no quiere. Alguno habrá que quiera. Pero la gran mayoría no está dispuesta.

-En el caso hipotético,  ¿usted acompañaría a un anti-taurino a conocer aunque fuese una parte de lo que se hace en el mundo del toro?

-Si hubiese posibilidad de mostrarles todo, desde el campo hasta como se prepara un torero, cómo vivimos, qué hacemos, que entendiesen, pues entonces podríamos hablar. Si ellos viesen cómo cada uno entrega su vida, el toro y nosotros, podrían comprender que lo que hacemos no es un asesinato.

 Que la vida iba en serio

La tarde mengua. En la biblioteca Eugenio Trías las salas de la antigua Leonera se vacían. En el parque El Retiro, el sol aprieta, pule los bancos y las fuentes hasta hacerlas estallar de puro brillo. Las fieras, las muchas fieras que alguna vez poblaron las jaulas clausuradas, todavía merodean como fantasmas. Sí, eso: fantasmas, espectros que viven en el corazón de los hombres y mujeres que atraviesan los senderos y esperan su turno en los semáforos; hombres y mujeres que suben a los autobuses; cruzan las esquinas y miran al cielo pensando quién sabe qué cosas.

En el mundo de quienes no van a trabajar vestidos de luces y con una espada bajo el brazo también ocurren tragedias y pequeños infiernos sin puerta grande ni agua servida en vasos de plata. Y es aquí, en este parque urbano, este enclave donde la vida intenta recordar la tierra de la que ha sido apartada, en esta dehesa que no es tal, es aquí,  donde una conversación con un joven y melancólico matador resulta, a la vez,absurda y esclarecedora, extravagante y luminosa.

Gonzalo Cabalero se ha marchado, hace rato. Y quien está a punto de cruzar la avenida Menéndez Pelayo mira el extremo de un estambre imaginario, tira de un hiloque no ha llegado todavía al centro de nada. Adónde conduce el hilo de oro con el que se cosen los trajes de quienes se plantan en el medio de una plaza de toros. Adónde conduce el estambre del jersey que pierde forma prendido de una hipoteca sin pagar. Adónde va esa ruleta rusa de los que eligen. Sí: los que eligen entre vestir de oro o vestir de plata. Entre subir al autobús número 20 o el 26. Ya lo decía Gil de Biedma: “Que la vida iba en serio, uno lo empieza a comprender más tarde. Como todos los jóvenes, yo vine a llevarme la vida por delante (…) Envejecer, morir. Eran tan sólo, las dimensiones del teatro”. Bienvenido, lector, a Casa de Fieras.

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Especial agradecimiento a todo el personal de la Biblioteca Municipal Eugenio Tríaspor acoger, desde el primer momento, la iniciativa de esta entrevista, así como por todos sus esfuerzos para coordinar y gestionar los horarios para el uso de los espacios en los que tuvo lugar esta larga conversación.

 

Vía: Gonzalo Caballero, un matador en Casa de Fieras | Cultura | VOZPÓPULI

La Fundación del Toro de Lidia celebra que el Ayuntamiento de Madrid declare la feria de San Isidro evento de interés general

La Fundación del Toro de Lidia aplaude que el pleno del Ayuntamiento de Madrid celebrado ayer miércoles declarara a la Feria de San Isidro como evento de especial significación ciudadana e interés general para la ciudad. La moción, respaldada por mayoría absoluta, contó con el apoyo de los grupos municipales del Partido Popular, PSOE y Ciudadanos y con el voto negativo de Ahora Madrid, que gobierna en minoría.

Declarar San Isidro como evento de interés general, entre otras medidas, supone que durante el tiempo que dura la celebración haya excepcionalidad acústica, pudiéndose sobrepasar los límites permitidos por la ordenanza municipal del ruido, poder beber en la calle o solicitar actos por la ciudad. Llenar las aceras de Madrid de tauromaquia.

Para decidir si una actividad es de interés general, se valora el uso del espacio público, la asistencia, la proyección internacional del evento, los valores que trasmite, la imagen de ciudad que ofrece, el consenso que crea y la identificación de la ciudad.

San Isidro 2016 y Las Ventas como capital mundial del toreo, han supuesto para la economía de la Comunidad de Madrid un total de 414.000.000 euros aunque, según ANOET, el impacto inducido que produce sobre el nivel de renta de los trabajadores y profesionales supone un volumen de 62.000.000 euros.

La ocupación hotelera durante las fechas en las que se celebra la feria taurina de San  Isidro es otra de las claves económicas ya que en esa época se registra en la ciudad de Madrid “la mejor ratio de ocupación hotelera de la capital del tercer país más turístico del mundo”, dato señalado por Juanma Lamet, periodista del diario económico Expansión.

Desde la Fundación del Toro de Lidia se felicita al Ayuntamiento de Madrid por la iniciativa aprobada ayer y celebra que la feria taurina de San Isidro, la más importante de todo el mundo taurino, sea un evento de interés general para la ciudad ya que durante un mes continuo de toros se venden cerca de 600.000 entradas lo que supone un gran estímulo para el turismo, el consumo y la economía de la ciudad.

La FEETAP, con más de 5200 colectivos, se adhiere a la Fundación del Toro de Lidia

La Federación Española de Entidades de Tauromaquia Popular (FEETAP) se presentó este sábado en Valencia en el marco de la Feria de San Jaime. En este mismo acto tuvo lugar la firma del acuerdo de adhesión de esta agrupación a la Fundación del Toro de Lidia.

Esta nueva entidad integra a más de 5200 colectivos de festejo popular de toda la geografía española, que pasan a incrementar el número de integrantes de la Plataforma de la Sociedad Civil de la Fundación.

La Plataforma de la Sociedad Civil, abierta a cualquier colectivo vinculado con la tauromaquia, tiene el objetivo de aglutinar a la gran masa de aficionados a los toros en una estructura que les dé visibilidad y que permita actuar de forma coordinada en la promoción y defensa del sector.

También en el acto se manifestó la necesidad de unión de aficionados, empresarios, profesionales, ganaderos y todo aquel que quiera defender esta forma de vida y se animó a los asistentes a la colaboración en la recogida de firmas que está llevando a cabo la Fundación del Toro de Lidia. Esta iniciativa tiene como objetivo demostrar al Tribunal Constitucional la importancia que tiene para el sector que emita el fallo de la sentencia sobre la prohibición de los toros en Cataluña.

Estuvieron presentes en la presentación del organismo, Vicente Nogueroles, presidente de la Federación de Bous al Carrer de la Comunidad Valenciana y Presidente de FEETAP; Nacho Lloret, representante de la Fundación del Toro de Lidia y Francisco Javier Hernández de la Federación de Castilla y León.

La FEETAP, en colaboración con la Fundación del Toro de Lidia, nace con el fin de unificar la estrategia de defensa, información y fomento de los festejos taurinos populares a nivel nacional.

Fallece Francisco Cano ‘Canito’ a los 103 años de edad

cano

Anoche murió el mítico fotógrafo taurino Francisco Cano ‘Canito’ a los 103 años de edad en la residencia de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados de la localidad valenciana de Llíria.

Nacido en Alicante el 18 de diciembre de 1912, Francisco Cano, vivió en Madrid durante la Guerra Civil en casa de su gran amigo Gonzalo Guerra Banderas, quien le introdujo en el mundo de la fotografía. Poco a poco, le fueron encargando reportajes grandes maestros de la época como Domingo Ortega, Pepe Luis Vázquez o Luis Miguel Dominguín. Colaboró con publicaciones como ABC, El Ruedo, Aplausos o Marca y adquirió gran popularidad tras inmortalizar la mortal cogida de Manolete en Linares. En 2014 recibió el Premio Nacional de Tauromaquia que concede el Ministerio de Cultura y Educación.

La capilla ardiente se instalará hoy a partir de las 12:00 horas en la plaza de toros de Valencia. Mañana, a las 13 horas, tendrá lugar la misa funeral en una iglesia cercana después de su última vuelta al ruedo.

Desde la Fundación del Toro de Lidia queremos transmitir nuestro más sentido pésame por el fallecimiento del genial fotógrafo. D.E.P.

El Parlamento portugués rechaza tres proyectos de ley contra los apoyos municipales a la tauromaquia

El Parlamento portugués tumbó el miércoles los tres proyectos de ley, presentados por Bloque de Esquerda (BE), Partido Ecologista-Os Verdes (PEV) y el Partido de las Personas, Animales y Naturaleza (PAN), que intentaban eliminar las ayudas municipales a las actividades taurinas en Portugal, pero contra los que votaron más del ochenta por ciento de los diputados de la cámara.

En esta nueva victoria de la libertad y la tauromaquia en Portugal, el rechazo de dichos proyectos fue una reacción muy lúcida del Parlamento, que no admitió los intentos radicales, y discriminatorios frente a otras actividades culturales, de unos partidos que siguen intentando atentar contra los derechos de los ciudadanos portugueses y, en este caso, también contra la autonomía municipal, en un claro ataque de dictatorial centralismo.

En concreto, el proyecto presentado por Bloque de Esquerda fue rechazado con los votos en contra de los escaños del Partido Social Demócrata (PSD), Partido Socialista (PS), CDS y Partido Comunista, mientras que votaron a favor BE, PEV, PAN y trece diputados socialistas.

El proyecto de ley del PAN se desestimó con un balance similar de votos contrarios y favorables, aunque contando con los síes de once socialistas y la abstención de seis miembros del PS y uno del CDS.

Por último, el proyecto de ley del PEV acabó también en la papelera a pesar de los votos favorables de los mismos partidos radicales más once  síes y seis abstenciones de parlamentarios del PS.

La Federación Portuguesa de la Tauromaquia, que continúa haciendo su trabajo, se congratula de la excelente actitud del Parlamento a la hora de salvaguardar los derechos y libertades de los ciudadanos frente a los ataques de estos partidos radicales.

EL BLOQUE DE ESQUERDA APOYÓ LOS TOROS EN SALVATERRA

Por otra parte, durante el debate previo a la votación de estos proyectos antitaurinos se generó un tenso cruce de acusaciones entre los bloquistas y las bancadas del PSD y el CDS, que se resolvió también en contra del BE, al descubrirse que en sus ayuntamientos no predican precisamente con el ejemplo que quieren imponer.

Tras preguntar los bloquistas si habían retirado las ayudas a actividades taurinas cuando han estado al frente del ayuntamiento de Salvaterra de Magos, el diputado Nuno Serra, del PSD, pidió que se distribuyera una propuesta de junio de 2012 en la que la entonces presidenta del Bloque en la localidad, Ana Cristina Ribeiro, reconocía y declaraba la tauromaquia como Patrimoio Cultural Inmaterial de interés municipal.

En un momento de gran confusión en el plenario, la diputada del BE Marina Mortágua respondió a la interpelación del PSD cuestionando que ese documento pudiera probar que su partido hubiera apoyado ninguna “tourada” durante su mandato en dicha Cámara municipal.

Tuvo que ser ya después de la votación que rechazó los tres proyectos de ley antitaurinos cuando el CDS anexó a su declaración de voto la orden del día de un pleno de 2010 en el ayuntamiento de Salvaterra de Magos, en la que el BE proponía la exención de tasas inherentes a la licencia de ruidos y de ocupación de vía pública para la realización de las Festas Do Foral dos Toiros e do Fandango.

La Fundación del Toro de Lidia promueve la iniciativa de los toreros de homenajear a Víctor Barrio

La Fundación del Toro de Lidia confirma la organización de una corrida de toros homenaje a Víctor Barrio el próximo domingo 4 de septiembre en la plaza de toros de Valladolid, en el marco de la Feria de Nuestra Señora de San Lorenzo que se celebra en dicha ciudad.

La celebración de esta corrida supone un hito en la tauromaquia contemporánea. Seis figuras del toreo compartirán jornada para honrar la memoria de un torero fallecido en la plaza.

El cartel estará compuesto por los espadas Juan José Padilla, José Tomás, Morante de la Puebla, Julián López “El Juli”, José María Manzanares y Alejandro Talavante.

Los beneficios íntegros de la taquilla del festejo irán destinados a la Fundación del Toro de Lidia y cubrirán los gastos de dos proyectos: una obra de arte conmemorativa de Víctor Barrio y la promoción y difusión de la tauromaquia.

La familia ha acogido con gran ilusión la iniciativa. “Esta fecha que va a unir a las figuras del toreo más importantes es el mejor homenaje que se le puede rendir a Víctor. Demuestra que el toreo está unido y de esta forma, todos juntos, podemos conseguir una tauromaquia fuerte y sólida. Es lo que querría Víctor”, expresan fuentes cercanas a la familia.

“Nos sentimos muy agradecidos a toda la familia del toro porque nos ha demostrado que no estamos solos, y además, nos reconforta saber que la muerte de Víctor no será en balde. El 4 de septiembre viviremos un día histórico para la tauromaquia y él, especialmente, desde donde esté, disfrutará con nosotros.”

 

Unión de los profesionales del mundo del toro

La Fundación del Toro de Lidia es el instrumento del que se han dotado los profesionales del toro para la defensa y promoción de la tauromaquia. Su creación ha supuesto que, por primera vez, la tauromaquia se expresara con una voz única y dispusiera de una herramienta canalizadora de sus inquietudes, altavoz de los mensajes del sector y vehículo de respuesta ante los agravios.

Los fondos de esta histórica corrida de toros homenaje a Víctor Barrio irán dirigidos a trabajar para que la sociedad pueda tener una visión completa y real de la tauromaquia; para encontrar su encaje y anclaje definitivos en el marco de la cultura universal.

 

Discurso del sector que conecte con la sociedad

La Fundación tiene como objetivo prioritario diseñar el plan estratégico de la tauromaquia en el siglo XXI, el que determine cuál es el discurso que debe transmitir el sector del toro que entronque con una sociedad que ha cambiado de forma relevante en los últimos años.

El mundo del toro tiene que explicar a la sociedad que la tauromaquia es cultura, una parte, además, fundamental, sin la cual es difícil entender la cultura mediterránea y por tanto, la universal. Una disciplina artística efímera y singular cargada de emociones y espiritualidad; un transmisor de valores humanos desde la ejemplaridad de su discurso que entendemos necesario – tal vez hoy como nunca- al servicio de la razón, el arte, la convivencia y la sostenibilidad.

También debemos dar a conocer que la tauromaquia es ecología. Es necesario hacer entender la importancia del toro bravo en la fijación de empleo rural, y lo que es más importante, como elemento conservador de patrimonio material e inmaterial asociado al manejo ganadero, cuya pérdida tendría unas consecuencias irreparables.

La Fundación del Toro de Lidia considera que es necesario ofrecer a la sociedad actual una visión completa de la tauromaquia en este siglo. Un discurso que vertebre todas sus facetas y que proporcione las claves de acceso a esta expresión artística milenaria.

La Fundación del Toro de Lidia lamenta profundamente la muerte de Víctor Barrio

El organismo que defiende y promueve la tauromaquia ya ha iniciado el análisis de los lamentables mensajes recibidos a raíz del fallecimiento de Víctor Barrio y anuncia para mañana 12 de julio una rueda de prensa para explicar las acciones que se están siguiendo.

 

La Fundación del Toro de Lidia quiere expresar su más sentido pésame a la viuda de Don Víctor Barrio, a sus padres, familiares, profesionales del mundo del toro y al resto de aficionados, ante el trágico suceso ocurrido el pasado sábado en la plaza de toros de Teruel.

A raíz de este fatídico hecho, en las últimas horas se vienen sucediendo en redes sociales deplorables manifestaciones que atacan la memoria de Don Víctor Barrio. Por este motivo, la Fundación ya se ha puesto a disposición de la familia del torero para tomar las medidas que estimen oportunas puesto que no se va permitir que estos hechos queden impunes.

Muchos de estos tuits y mensajes que circulan por las redes sociales constituyen verdaderos delitos de injurias, penados hasta un máximo de hasta 14 meses, viéndose agravados por la publicidad que de los mismos se hace con su difusión en redes sociales, así como delitos de calumnias.

En este sentido, la Fundación del Toro de Lidia hace un llamamiento a los aficionados para que todo mensaje, tuit o manifestación que se realice a través de cualquier medio de comunicación o red social, sea puesta de manera inmediata en conocimiento de la propia Fundación, en el correo electrónico: comunicacion@fundaciontorodelidia.org, para que los servicios jurídicos ejerciten las acciones judiciales que en derecho se consideren oportunas.

A este propósito, conviene recordar que estos hechos susceptibles de delito tienen un cauce procesal restrictivo pues sólo pueden iniciarlos directamente los perjudicados o su familia. Así mismo, es trascendental analizar detenidamente cada uno de estos mensajes para distinguir, entre los verdaderos delitos, aquellos otros que sean éticamente reprobables pero que carezcan de reproche penal. Es importante disponer del tiempo preciso para ejercitar las correspondientes acciones e identificar a los posibles autores a fin de obtener un resultado satisfactorio.

Paralelamente, la Fundación del Toro de Lidia solicitará amparo institucional, tanto al Defensor del Pueblo, al Ministerio de Cultura, Justicia e Interior con el objeto de garantizar el cumplimiento de la legalidad y el respeto por el mundo del toro, sus profesionales y aficionados.

La Fundación del Toro de Lidia convocará una rueda de prensa para mañana 12 de julio y así explicar en profundidad las acciones y pasos a seguir por los hechos ocurridos.

La Fundación del Toro de Lidia se dará a conocer en Pamplona

La feria del Toro de Pamplona es el siguiente objetivo de la Fundación del Toro de Lidia. Esta entidad desplazará, mañana 7 de julio, a dos voluntarios a la zona de las inmediaciones de la plaza de toros y del Club Taurino para dar a conocer el trabajo y la labor que se vienen desarrollando.

Continuando con el trabajo de defensa y promoción de la tauromaquia, la Fundación mantiene como objetivo seguir creciendo en número de amigos, y por tanto, en Pamplona estarán dos voluntarios de 14:00 a 16:00 horas en la calle Roncesvalles y en el Club Taurino y de 16:00 horas hasta el inicio de la corrida por los aledaños de la plaza de toros en el acceso de sombra.

 Los voluntarios vestirán camiseta blanca, pantalón negro y portarán un distintivo acreditativo de la Fundación. Animamos a todos los aficionados asistentes a la plaza que se acerquen a hacerse amigo de la Fundación.