Carta abierta a Óscar Puente, Alcalde de Valladolid

Estimado Sr. Puente,

Asistimos con consternación a la campaña animalista que el Ayuntamiento de Valladolid acaba de lanzar junto con la Asociación Animalista Libera!.

Entiendo que ha podido dejarse engañar por los superficiales buenos sentimientos que de manera errónea se atribuyen al movimiento animalista y a lo aparentemente loable de la campaña promovida.

Animalismo, señor Alcalde, no es cuidar perros y gatos, ni promover un obligado respeto por los animales. Animalismo, señor Alcalde, es un movimiento que promueve la desintegración de nuestra cultura, partes fundamentales de nuestra economía y nuestro medio ambiente.

El animalismo es una ideología que pretende equiparar los derechos de los hombres y de los animales, algo completamente incompatible con nuestra civilización. Para que no le quepan dudas, le extraigo un fragmento literal de la declaración de intenciones que en su página web realiza Libera!, asociación con la que han cometido el inmenso error de colaborar en una campaña institucional:

“Los animales son considerados actualmente (y a lo largo de la Historia), como objetos o recursos para así no tener que otorgarles unos derechos fundamentales que entrarían en conflicto con su utilización, por eso en LIBERA! nos ocupamos de que les sean reconocidos y protegidos desde los ámbitos legislativo, político, social y moral.”

Señor Alcalde, piense por un momento en las consecuencias que el avance de la ideología animalista tendría sobre su ciudad y sobre la provincia entera. El animalismo sería el fin de multitud de fiestas y productos que nos definen en lo más esencial.

Desde luego, el animalismo sería el fin de las corridas de toros, los cortes y los encierros, los que se celebran en su ciudad y los que se organizan en decenas de municipios de la provincia.

Da igual que estas celebraciones alrededor del toro sean una expresión que define a las gentes de Valladolid, la ideología animalista promovida por Libera! las liquidaría. Y las sustituiría por nada, por un vacío como pueblo que se reconoce en unas tradiciones.

Pero desde luego el animalismo no pararía con los toros. Si cree eso, señor Alcalde, es que no ha dedicado tiempo a estudiar la ideología animalista y al movimiento que lo promueve.

Así, el animalismo sería también el fin en Valladolid, y me limito a poner solo un par de ejemplos, del lechazo como estandarte gastronómico de la ciudad o de los quesos Entrepinares, uno de los iconos industriales de su ciudad, segunda empresa en importancia detrás de Renault.

Sería igualmente el fin de la actividad ganadera con vacas, cerdos, ovejas, pollos o cabras, con sus correspondientes industrias y también el fin de la actividad que realizan decenas de miles de personas con licencia de caza en la provincia o las también decenas de miles con licencia de pesca. Casi puedo sentir la vergüenza que le produciría a Miguel Delibes ver su ciudad arrastrada de esta manera.

Campañas como la que usted ha permitido son una cesión inaudita ante un movimiento que pretende acabar con nuestras formas de vida. ¿Con quién está usted, señor Alcalde, con su gente o con los movimientos que pretenden imponernos una forma de ser y de vivir ajena a nosotros?

Consideramos una irresponsabilidad que el Ayuntamiento de Valladolid haya accedido a participar en una acción junto con una entidad animalista. Una acción en apariencia loable, pero que es siempre parte de la estrategia animalista para introducirse en las instituciones. Por esto lamentamos tener que llamar su atención de manera pública sobre lo imprudente que resulta que hayan sido cómplices, precisamente en Valladolid, con el blanqueamiento del movimiento animalista. No se lo merece la gente a la que usted representa.

Solicitamos tener una reunión con usted para poder exponerle los detalles del movimiento animalista y sus estrategias, así como sobre las consecuencias de la imposición de su ideología.

Atentamente,

Victorino Martín

Presidente de la Fundación del Toro de Lidia

Carta abierta a Íñigo Errejón, candidato de Más Madrid a la presidencia del gobierno

Sobre las propuestas ilegales de su programa electoral

Estimado candidato,

Le escribo en relación con el programa electoral de Más Madrid, partido por el que se presenta como candidato a la Comunidad de Madrid.

En el punto 153 de su programa recoge que adecuará la normativa “para implementar la tauromaquia sin sangre ni muerte en la Comunidad de Madrid”.

Quiero recordarle que esta propuesta es ilegal. El Tribunal Constitucional, en su sentencia del pasado 13 de diciembre de 2018, ya declaró inconstitucional una intentona parecida del Parlamento Balear.

Pretender que no se mate al toro en la plaza provocaría, en palabras del Tribunal Constitucional, “una desfiguración de ella [la corrida de toros]hasta hacerla irrecognoscible y, por consiguiente, vulneran la competencia estatal para la protección de la tauromaquia en cuanto forma parte del patrimonio cultural inmaterial de España”.

La tauromaquia, se lo recuerdo, es una expresión cultural. Que no le guste no cambia un ápice esta certeza. Y esto no es algo que diga yo, sino que es simplemente una realidad en nuestro país, y como tal realidad ha sido recogida por la ley, por las resoluciones de nuestros tribunales y por nuestro Tribunal Constitucional.

Me preocupa que como aspirante a la presidencia de la Comunidad de Madrid pretenda arrogarse la autoridad de determinar cómo deben ser las expresiones culturales. O peor, que pretenda suprimir expresiones culturales. Porque desvirtuar la tauromaquia eliminando la muerte es tanto como prohibir la tauromaquia.

¿Pretende gobernar diciendo cómo debemos desarrollar nuestras expresiones culturales? ¿pretende gobernar dictaminando qué es cultura y qué no es cultura?

Afortunadamente tenemos un Tribunal Constitucional que nos protege de tentaciones totalitarias como la que pretende Más Madrid.

Estimado candidato, no debería tener que decirle esto, pero la cultura no se toca, no se prohíbe, no se cercena, no tiene que evolucionar, es lo que es y solo desde una mentalidad despótica y dentro de un régimen totalitario, a alguien se le pasaría por la cabeza la supresión de una expresión cultural como la que usted pretende.

En todo caso, se ve que conoce poco al pueblo de Madrid, de su Comunidad. Le invito a que salga y hable con la gente de Parla, de Navalcarnero, de Navas del Rey, de Colmenar Viejo, de San Sebastián de los Reyes… lugares donde los toros son parte esencial en la vida y la cultura de sus vecinos.

Pretender extirpar una parte fundamental de la cultura de la gente a la que usted pretende servir es simplemente inaudito. Crear un problema artificial donde no lo hay, provoca una crispación absurda y es propio de políticos tóxicos. Los políticos son servidores de la ciudadanía y están para resolver los problemas reales que existen, que son muchos, no para decir a esa ciudadanía cómo tiene que pensar y sentir.

Termino como siempre hago en este tipo de cartas, aunque por desgracia con poco éxito, con una invitación. Le invito a que conozca más en profundidad la cultura de la tauromaquia. Aproveche la Feria de San Isidro, el mayor espectáculo taurino del mundo, para conocer mejor a esos otros madrileños que parece despreciar. Lo primero que le sorprenderá, se lo aseguro, es el exquisito trato con el que será recibido. Atrévase, tenga el coraje de querer conocer más y mejor algo que es tan importante para una amplísima mayoría de madrileños.

Atentamente,

Victorino Martín

Presidente de la Fundación del Toro de Lidia

Carta abierta a Laura Duarte, presidenta de PACMA

Estimada candidata,

Le escribimos en relación con el ya famoso video en el que usted confunde un buey con un toro bravo, una acción con la que pretendía desmentir la bravura de los toros de lidia.

Asumimos que usted sabía perfectamente que el buey Marius no era un toro bravo y que la única motivación para la realización de ese video era pura propaganda electoral para su nicho de votos, que entendemos que no distingue un buey de un toro bravo.

El mensaje que lanza es tremendamente peligroso, ya que gente peor informada que usted, o simplemente crédula, puede tener la tentación de imitar su acción y tratar de acariciar un toro bravo. El resultado de hacer esto sería seguramente mortal.

En agosto de 2017 dos antitaurinos decidieron saltar en Carcassonne mientras estaba un Miura en la plaza. El resultado, previsible por otra parte, fue que el toro embistió al activista animalista, que no murió en la plaza gracias a la rápida intervención de la cuadrilla de toreros.

Le rogamos haga público un desmentido sobre el asunto del buey Marius y alerte por favor a sus seguidores que no intenten hacer una acción similar con toros bravos. Si no lo hace, y algún desinformado seguidor de su partido decide imitarla, será responsable de las seguras fatales consecuencias.

Entendemos que en una campaña se hace abuso de la exageración, pero creemos que no todo vale. La farsa del buey Marius puede poner vidas en juego, por lo que consideramos que la extralimitación en este caso es de todo punto inaceptable.

Por último, sirva la presente para invitarle formalmente a alguna de nuestras ganaderías, con discreción y sin publicidad, para que pueda conocer de verdad el campo, el medio rural, el cuidado del ecosistema y todo lo que significa la realidad de la ganadería del toro bravo. Estoy seguro de que le va a resultar interesante, y puede que cambie alguno de sus prejuicios.

Sin otro particular, reciba un cordial saludo.

Victorino Martín

Presidente de la Fundación del Toro de Lidia

Carta abierta a Pablo Iglesias, presidente de Podemos

Contra la cultura no se puede votar

La última propuesta de Pablo Iglesias es proponer un referéndum sobre los toros en España. Sin importarle mucho el hecho de que la tauromaquia sea una expresión cultural de extraordinaria relevancia en España, importante para millones de personas.

Recuerda demasiado a la actuación de los talibán con los budas de Bamiyán, destruidos porque no encajaban en su canon moral. A Pablo Iglesias le parecen moralmente mal los toros, por lo que propone un referéndum para acabar con ellos.

Fue precisamente para evitar estas cosas por lo que la UNESCO aprobó convenciones como la de Diversidad Cultural de 2001 y de la que España es parte, que busca proteger todas las expresiones culturales frente a los fundamentalismos, como el de los talibán entonces o el de Podemos ahora.

Y por si Podemos tiene la tentación de decir que “es que la tauromaquia no es cultura”, la propia UNESCO se adelanta, explicando que el único límite para considerar cuándo una cultura es inadmisible son los derechos humanos y libertades fundamentales. Repito, derechos… humanos.

Por si la UNESCO no es fuente de autoridad suficiente para Podemos, el propio Tribunal Constitucional español, en su sentencia acerca de los toros en Cataluña, declaraba también que la tauromaquia es cultura. Cultura además del máximo rango, porque está contemplada en la protección que la propia Constitución concede al hecho cultural.

Es decir, que el Alto Tribunal establece que la tauromaquia es cultura protegida por la propia Constitución, lo que significa que la propuesta de referéndum sobre los toros sería muy probablemente inconstitucional.

La propuesta de Podemos es una ocurrencia populista, contraria a la libertad de los ciudadanos de elegir el tipo de cultura que desea disfrutar y profundamente antidemocrática. Un conocido antitaurino con una contrastada estatura intelectual, el actual Ministro de Cultura, expresaba hace pocos días que los toros no se podían prohibir, incluso en el caso de que fuesen una minoría (cosa que ponía en duda), porque “una sociedad que no respeta a las minorías no es una sociedad equilibrada”.

Hay diferencia entre una persona de la cultura, y que la comprende, y un político que usa la cultura para fines partidistas. Los toros no se pueden prohibir, son expresión cultural de un pueblo.

En una sociedad democrática madura hay pluralidad de ideas, opiniones y sentimientos culturales y hemos de saber convivir todos en ellas. Estar continuamente pensando en cómo prohibir a los demás que ejerzan su derecho a la libertad cultural revela un ánimo censor que es muy perjudicial para la convivencia.

La cultura del toro es maravillosa pero compleja. La Fundación del Toro de Lidia invitó hace tiempo a todos los políticos para que conocieran la realidad del mundo del toro, obteniendo una respuesta negativa desde el partido de Pablo Iglesias. Quiero aprovechar esta carta para renovar nuestro sincero ofrecimiento para que conozcan la tauromaquia en su profundidad, porque una opinión fundada tiene que basarse en un conocimiento previo.

Victorino Martín
Presidente de la Fundación del Toro de Lidia

Carta abierta a Màxim Huerta, Ministro de Cultura y Deporte

Estimado ministro,

Permítame felicitarle por su nombramiento como ministro de Cultura en mi condición de presidente de la Fundación del Toro de Lidia, entidad respaldada por la gran mayoría de toreros, ganaderos, empresarios, estamentos profesionales, así como por decenas de miles de colectivos de aficionados que integran conjuntamente a más de medio millón de personas.

Vaya por delante que somos conscientes que no es usted muy aficionado a los toros. Pero también estamos seguros de que eso no va a ser un obstáculo para trabajar juntos en el impulso y mejora de la tauromaquia.

Estamos convencidos que el interés general y el desempeño profesional primarán sobre los gustos personales ante una expresión cultural como la tauromaquia, “incluida en la protección que la Constitución otorga al hecho cultural”, como recordaba recientemente el Tribunal Constitucional.

Y si bien ha expresado en el pasado alguna reserva sobre los toros, también es conocido su espíritu abierto, que se precia de cambiar de opinión con argumentos mejores.

Aunque para apreciar algo es necesario conocerlo, por lo que nos ponemos a su inmediata disposición para poder hacer ese viaje de conocimiento. Desde el principio, desde el campo donde se crían y crecen los toros bravos, y donde se comprenden muchas cosas. Seguro que además puede apoyarse en compañeros suyos de gabinete como los ministros de Vicepresidencia o Fomento, grandes conocedores de esta expresión cultural.

Quizás al final de este viaje sigan sin convencerle los toros o quizás descubra una nueva sensibilidad compartida por millones de personas; pero lo que sí es seguro, es que va a tener una mirada diferente sobre la tauromaquia.

En la Fundación del Toro de Lidia va a encontrar siempre un colaborador leal. Son muchos los asuntos en los que tenemos que trabajar en la industria cultural del toro, que necesita apoyo y también mejoras y cambios.

Quedamos a su disposición para poder comenzar a trabajar, con ilusión, lo antes posible.

Atentamente,

 

Victorino Martín García

Presidente de la Fundación del Toro de Lidia

Carta a Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid

Sobre las propuestas ilegales de su programa electoral

A la manera en la que las temibles inquisiciones calvinistas reprimían cualquier expresión cultural que se desviara de su rígido dogma moral, la alcaldesa de Madrid doña Manuela Carmena decide censurar una de las expresiones más poderosas de la cultura popular española, la tauromaquia, cerrando el espacio de El Batán en la Casa de Campo.

Quizás convenga recordar a la alcaldesa de Madrid que la tauromaquia es patrimonio cultural español, tal y como dicen las leyes vigentes, existiendo un deber de protección y promoción por parte de los poderes públicos. La alcaldesa de Madrid no puede reprimir una expresión cultural por el simple hecho de que no le guste. Quizás convenga recordar a la alcaldesa de Madrid que la tauromaquia es cultura protegida por la Constitución, según dictamen del Tribunal Constitucional. La alcaldesa de Madrid no puede censurar la cultura según sea su percepción moral. Quizás convenga recordar que la propia UNESCO, en su Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales, establece “el reconocimiento de la igual dignidad de todas las culturas y el respeto de ellas, comprendiendo las culturas pertenecientes a minorías y las de los pueblos autóctonos”, con el único límite del respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales.

La alcaldesa de Madrid no puede pretender que su intransigencia moral esté por encima de las convenciones internacionales. Los poderes públicos no están para decidir qué es cultura y qué no es cultura, sólo el pueblo puede decidirlo libremente. Puede no gustarte una expresión cultural, puedes no entenderla, puedes no compartirla, pero eso no otorga el derecho a nadie a censurar dicha cultura. Los poderes públicos están para fomentar la cultura popular, no para interferir en ella o prohibirla. Entre otras cosas porque manejan el dinero que no es suyo, sino que es de todos. Las administraciones pueden tener discrecionalidad, pero no comportarse arbitrariamente. El impedir que una instalación esencialmente taurina no sea utilizada para su función natural es claramente arbitrario, algo prohibido expresamente por nuestra Constitución. El mundo del toro no estaba pidiendo el mantenimiento por parte del Ayuntamiento de la escuela de tauromaquia, ni subvención alguna. El mundo del toro estaba solicitando únicamente que se mantuviera el espacio de El Batán como punto de encuentro de los profesionales del toro para su entrenamiento diario. Simplemente eso. Puede que hoy haya gente a la que no les gusten los toros que se alegre por el cierre de las instalaciones de El Batán.

La cultura de la tauromaquia exalta pasiones en todos los sentidos que puede que hagan perder la perspectiva del fondo del asunto. Pero es un error pensar que esto es una victoria de nadie. Esto es una derrota para todos los madrileños, una derrota de la libertad, una derrota de la cultura en todas sus diferentes expresiones, las compartas o no, te gusten o no. Esgrimir una supuesta superioridad moral para censurar una parte de la cultura es propio de otras épocas, y deja abierta desde luego la puerta a nuevas prohibiciones en función de los gustos morales de una persona. Hoy es la tauromaquia, pero mañana puede ser cualquier otra cosa. Madrid no puede permitir esto. Madrid siempre ha sido la ciudad de la libertad y de la tolerancia. Madrid es la ciudad que no le pide el carnet a nadie, porque todo el mundo es bienvenido. Madrid es la ciudad famosa en el mundo por su carácter abierto, por acoger en sus calles y en sus casas todas las expresiones culturales. Y por eso Madrid es una ciudad rica. La decisión de Manuela Carmena de reprimir la tauromaquia con el cierre de la Escuela de El Batán es una triste noticia para todos los madrileños.

Esta noche Madrid se acostará siendo un poco más pobre, y no se lo merece.

 

Victorino Martín

Presidente de la Fundación del Toro de Lidia

Carta a Joaquín Durán Ayo, director de Canal Sur Radio y Televisión

Muy señor mío,

Como presidente de la Fundación Toro de Lidia, y en su representación, le agradezco el no haber cedido a las inaceptables presiones que demandaban que el torero Manuel Díaz, El Cordobés no presentase las campanadas de fin de año en Canal Sur.

La tauromaquia es cultura, está incluso declarada por ley Bien de Interés Cultural, y la profesión de torero es prefectamente lícita. El partido Equo, al promover una acción para que Manuel Diaz no presentase las campanadas, lo que ha pretendido es ejercer una censura cultural inadmisible contra un andaluz muy reconocido por la única razón de que no le gusta su profesión.

Esto demuestra un talante antidemocrático e intolerante que no podemos admitir. Los profesionales taurinos no necesitan el visto bueno de Equo para aparecer en medios públicos que pagan todos los andaluces, entre ellos todos los profesionales y aficionados a la tauromaquia.

El respecto es la base de la convivencia democrática. El mundo del toro respeta a las personas que no piensan ni sienten como él, pero exige que se guarde el mismo respeto por parte de ellos.

Usted y su equipo, con profesionalidad y recto criterio, han actuado con acierto, lo que agradezco de nuevo.

Reciba un cordial saludo.

 

Victorino Martín

Presidente de la Fundación del Toro de Lidia